Hecate, La que es Tres y Una.


Hécate

De orígenes oscuros, anteriores al periodo clásico griego, se pierde todo rastro de sus cultos en las montañas de Caria, actual Turquía. Se esgrime también su origen egipcio predinástico, asociándola con la diosa Heket, aunque no es la única diosa que es vinculada a Hécate. Hay suposiciones que su figura inspirada en alguna primitiva deidad extranjera, fue incorporada "a la fuerza" en el panteón griego, dándole el estatus de Titan, hija de Perses (el Destructor) y Asteria (la Estrellada), o de Zeus y Asteria, aunque en algunas regiones remotas de la influencia griega, se consideraba hija de Nyx o Nicte (La Noche).

Se veneraba secretamente al principio, asociándola sobre todo a Artemisa, dentro de cuyos templos siempre había un espacio para Hécate. Esta faceta de Artemisa, era mas oscura, Artemis personificada por la luna creciente, Selene por la luna llena, Hecate lo era por la luna nueva o luna negra. Diosa Ctonica (de la tierra, en oposición al Olimpo) de los Caminos, de las encrucijadas, de la brujería, del inframundo, de la luna, de los portales, de los perros, de las serpientes, de la noche y de la nigromancia.


"En la Antigua Grecia existían unas fiestas llamadas Hecatesias, en honor a Hécate. En Atenas, todos los meses por las tardes del día que entraba el novilunio o luna nueva, las personas acomodadas o pudientes preparaban en la calle una cena o festín público, destinado especialmente a los pobres; este festín se creía presidido por la divinidad, por lo que se denominaba la cena de Hécate, cuya Diosa participaba del convite y en su honor se comían serpientes y enterraban perros. Una variante mas primitiva y oscura, era la cual los adoradores traían consigo doncellas, las cuales eran sacrificadas justamente en la luna nueva, para entrar al mundo de los muertos, renaciendo días después. Esa era una de las promesas de la diosa Hécate que la diferenciaba de Hades, que este último hacia ver la muerte como un camino sin retorno, Hécate prometía redención, finalmente la muerte no era un castigo, sino que era el vientre oscuro de la diosa donde uno iba a ser purificado, curado y preparado para el renacimiento"
Martin Coulder




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